Lo que más me irrita del hecho de morirme es que dejaré un libro a medio leer, sin terminar, sin saber cómo acaba. O dos, que tengo la perniciosa costumbre de leer varios libros a la vez, y encima, con libreta y pluma a mano.
morir
GRANDES IDEAS MÍNIMAS
Charlaba el otro día de esto y aquello, ya sabéis y, entre una cosa y otra, llegué a una conclusión, como mínimo, extraordinaria (aunque no tanto para los que me conocen bien), ésta:
“De pura pereza, prefiero que alguien me asesine a tener que morirme yo mismo.”
Ya sé que es una frase de Tales de Emilito que hago mía; eso sí, por favor que mi asesino no me salga un chapuzas.