Fernando Corona es el nombre de quién firma Murcof desde el año 2001, un músico nacido en 1970 en Tijuana y que vive algún tiempo en Ensenada de donde pasa a Barcelona. Participa en agrupaciones de música electrónica, jazz y rock, funda con otros músicos el Colectivo Nortec de la Baja California y, desde hace años enfoca su música hacia una suerte de minimalismo electrónico que basa en microsonidos solapados a la música instrumental clásica. Arvo Pärt o Henrik Górecki están en la música de Murcof junto con otros músicos del siglo XX residentes en lo que se llamó Europa del Este, en la época en que Alemania estaba felizmente dividida.
Entre Martes (2002) y La sangre iluminada (2009), justo antes de éste, publicó su álbum, The Versailles session (2008) del cual extraigo el tema Lully’s Turquerie.
¿Y a qué se refiere el término turquerie, o turquería (traducción mía de la cual me atengo a la crítica que sea)? Turquerie o, en inglés, Turkery, es como se denominaba a una moda orientalista en la Europa Ocidental desde el siglo XVI hasta el decimoctavo, un gusto por glosar o iterar aspectos de la cultura y arte turco, el asombroso exotismo del Imperio otomano que fue siempre una grave amenaza militar para Europa, sangrientas guerras (en una de las cuales muere Lord Byron, como correspondía a un romántico rico y desocupado) y conflictos que han llegado hasta nuestro tiempo. Este movimiento se reflejó en casi todas las manifestaciones artísticas, como pintura, literatura, música e, incluso, en la arquitectura o en la moda del vestido o de la decoración, pero aquí me atendré exclusivamente a la música, recordando de pasada obras como el tercer movimiento Alla turca de la sonata nº 11, Kv 331 de Mozart o la Marcha turca incidental en la obra de Beethoven Die ruinen von Athen, aunque originalmente aparece en sus Seis variaciones Opus 76, de la cual deriva The elephan never forgets, de Jean Jacques Perrey.
Pero la obra que traigo hoy está basada en la de Jean Baptiste Lully (1632-1687), Marche pour la Cérémonie des turcs (https://www.youtube.com/watch?v=ScyTHuKDCFc), tema que mucha gente recordará de la estupenda película de Alain Corneau Tous les matins du mond (1991) con música interpretada por Jordi Savall, y que Murcof titula, como he escrito más arriba Lully’s Turquerie, interpretada por un guión avanzado. En ella, Murcof parece que cambia la tonalidad sin hacerlo y mantiene el compás original e, incluso, aspectos conspicuos de la percusión solapando la intromisión de frases minimalistas hasta que es el minimalismo el que se sobrepone al original, acabando con una frase interpretada con sonido de quena que evita definitivamente el final armónico que parecía prometer.
Como siempre, no sé si apreciaréis este tipo de composición, a mí, me fascina; por eso la traigo: Claro.